La muerte y el dolor
La enfermedad
Es más largo y más penoso
combatir la enfermedad,
que el hecho que la produce
por duro que sea su mal.
Cuando el hombre es ignorante
tarde suele despertar,
y entonces carga sus culpas
al que combate su mal.
Al que lucha por su bien
todo le peso le caerá,
todo el peso de la cruz
sin motivo ni piedad.
¡Tengo miedo!
Tengo miedo de la llama
del calor que está cediendo.
Tengo miedo de la rama
de la hoja que está cayendo.
Tengo miedo de la hoja
porque se está desprendiendo.
El verdor y el esplendor
parecen que están muriendo.
Tengo miedo que se caigan
de la rama y vaya al suelo.
La hoja de mi alegría,
la sombra de mis consuelos.
Tengo miedo del calor
porque la luz va cediendo.
Porque el gozo del amor
parece que está muriendo.
Tengo miedo que se apague
el divino entendimiento.
Del amor de los amores,
por causa de un mal momento.
Tengo miedo de las sombras
que ocultan la luz del cielo.
Que ocultan la luz del sol,
de ese sol de entendimiento.
Tengo miedo del amor
que se ataque en un momento.
Por no querer acoger
al divino entendimiento.
No quiero flores ni llantos
No quiero flores ni llantos
después de dejar de ser,
quiero placeres y encantos
ahora que los puedo ver.
Mujer, mujer, mujer,
no me niegues tus encantos
si es que tú quieres el bien.
Mujer, mujer, mujer,
nunca niegues tus encantos
y el mundo estará a tus pies.
Mujer, mujer, mujer,
no quiero flores ni llantos
después de dejar de ser,
quiero placeres y encantos
ahora que los puedo ver,
nunca niegues tus encantos
y el mundo estará a tus pies.
Tristeza
¡Qué triste es para un padre
ver sus hijos que se mueren!,
porque ni saben ni quieren
quererse como él les quiere.
Pena, horror y sufrimiento
de ese dolor que viniere,
a la carne de los hijos
a los que tanto se quiere.
¡Qué hermoso es el amor
cuando de veras se quiere!.
Cuando de veras se quiere,
¡cómo goza el corazón!
cuando gozan los que quieren.
Cuanto gozo tendría Dios
si este mundo quisiese.
Sufrimiento
El rico con sus riquezas
y el pobre con sus pobrezas.
Todos sufren el dolor
todos sufren sus tristezas,
donde no reina el amor
nuca puede haber proezas.
Al que es rico, por ser rico
y al pobre por su pobreza,
cada un tiene un tormento
y en el fondo un sufrimiento,
que le agita el corazón.
Todo ser está sediento
por la ausencia del amor.
Tan frágil
Soy tan frágil, soy tan débil
soy tan sensible al dolor
y aguanto muy poquito
la lluvia el frío y el sol.
¿De qué materia me hiciste?
¡díme, divino Señor!,
que mi cuerpo se marchita
parecido a una flor.
Si la tierra me alimenta
y a la misma he de volver,
¿para qué tanta penuria
y tan poquito placer?.
Aunque estoy bien seguro
de que el barro no es quien
de decirle al alfarero
qué es lo que tiene que hacer.
Entre la tierra y el cielo
Entre la tierra y el cielo
el hombre hace su infierno,
hace que surjan los males
hace su propio veneno.
Cuantas cosas hace el hombre
que son para él un tormento,
que son para él el motivo
de no estar nunca contento.
Cuando arrecia la tormenta
de un mar de acciones e inventos,
es la tierra quien percibe
sus quejidos y sus lamentos.
Equivocación
Por no entender a la vida
la vida me castigó,
a pasar toda la vida
con sufrimiento y dolor.
La vida no se repite
ni sabe que es el perdón,
al que yerra lo castiga
sea cual se su color.
No conoce si es pequeño
si es mediano o si es mayor,
la medida del castigo
es la misma del error.
Me siento como un velero
que tiene roto el timón,
pidiendo al aire del cielo
¡no me arrastres por favor!.
Deja al mar que viva en calma
que es muy fuerte tu furor,
en mi bodega descansa
una parte de tu Dios.
Si en el camino te encuentras
un hombre que está llorando,
no le preguntes por qué.
Déjale que está penando,
por una equivocación
lleva un castigo colgando,
por no poder deshacer
el error lo está matando.
Cuando tengo pena
Cada vez que tengo pena
echo al aire mi cantar,
alzo los ojos al cielo
lanzo mi mente a la mar.
A ver si esta pena mía
puedo convertirla en sal,
y que viva la alegría
y que viva la verdad,
y que se queden las penas
en el fondo de la mar.
Que se conviertan en perlas
y en casitas de coral,
para que vivan contentas
las sirenitas del mar.
El dolor de amor
No hay sufrimiento mas grande
que el padecer por amor,
ni tesoro mas hermoso
ni nada que sea mejor.
Es actitud interminable
es pura gracia de Dios,
pocos pueden comprenderlo
pocos le dan su valor,
siendo vida de la vida
siendo alegría y dolor.
Pasa desapercibido
como si fuera una flor,
mientras se conserva hermosa
la tienen en su jarrón,
y cuando ya se marchita
la olvidan en un rincón,
sin reparar que su muerte
es semilla de otra flor.
Sentimientos
A veces en este mundo
cuando veo tanta quimera,
no quisiera ser un hombre
porque en un animal cualquiera,
veo más sentimientos
que en algunos hombres de carrera.
Y eso duele al meditarlo,
y después de comprobarlo
no poder quedarme fuera,
de la miés a que pertenezco
y ser trillado en la era.
El día que yo me muera
El día que yo me muera
he de retar a los vivos.
A ver quién aguanta más
sin dolores ni suspiros,
y quién se lleva mejor
con todos nuestros vecinos.
A ver quién resiste más
sin quejas de su destino,
y a ver el tiempo que aguantan
sin reunirse conmigo.
Perdona alma
Perdona, alma, a mi cuerpo
que te hace tanto sufrir;
yo soy carne, yo soy huesos,
dime ¿qué puedo ofrecerte a tí?.
Yo sé que tú me quieres,
y que estás muy dentro de mí,
no quiero que en mí estés presa,
yo también te quiero a ti.
Quiero que en mí estés contenta
aunque sea mucho pedir,
yo no quiero que tú sufras
aunque tenga que morir.
Ser amado
Es preciso ser amado
y al mismo tiempo amar,
para que funcione la vida
y pueda reinar la paz.
Triste es mi caminar
si el amor no va conmigo,
nada me sirve de nada
en todo peregrinar
por un camino perdido.
Me siento muy desgraciado;
aunque de oro esté vestido,
estoy vacío por dentro
y me falta hasta el aliento
porque no encuentro a mi Dios.
Yo sé que está sufriendo
por nuestras faltas de amor.
Me duele ser el tormento
del mismo que me creó.