Yo soy piedra de un camino:
con lágrimas y suspiros
he de rodar y rodar,
voy grabando en mi destino
huellas que se han de borrar.

Como escritura en el aire,
como surcos en la mar,
soy eslabón de cadena,
soy movido sin cesar,
por una fuerza divina,
que me ha de transformar.

Lo mismo que a la semilla
que muere para empezar,
el día que yo nací
fui principio de un final.