La ley de Dios está escrita
en todo lo natural,
con una raya muy fina
separando el bien del mal.
El bien es muy poderoso
porque Dios está con él;,
es un camino muy recto
que nadie puede torcer.
El mal está limitado
y rechazado por Dios;
por eso va disfrazado
para engañarnos mejor.
Se viste de ángel bueno;
dice que es libertador,
cuando nos tiene en sus redes
goza con nuestro dolor.
Hay que ser más cautelosos
y rechazar la tentación.