Rosa hermosa perfumada,
no te apartes de mi vera
que las olas de la mar
son bastante traicioneras.
Es el mar inteligente,
le gustan las cosas buenas,
por eso el pillo quería
quedarse con mi morena.
Pero a mí se me encresparon
las arterias y las venas,
porque él ya tiene bastante
con sus miles de sirenas.
Yo tan solo conservo
esta rosa hermosa y buena,
yo no quiero consentir
que se hunda en tus arenas.