Cariño, cariño mío
esencia de la verdad,
tienes carita de niña
tienes sombra angelical.
Tu inocencia me fascina
cada vez te quiero más,
y tu cara se ilumina
con la sombra de la verdad.
Tienes manos redonditas
que me encanta de tocar,
parecen de terciopelo
y tus uñas de coral.
Tienes simpatía a montones
y la gracia -reborcá-,
ni las plantas ni las flores
se te pueden comparar.
Tú eres la flor más bonita
que jamás tuvo rosal.