Puerto de Mazarrón
que acoges al veraneante,
le obsequias con tus peces
y tus playas refrescantes.
Como peces quedan pocos
te has metido a comerciante,
con tus moros de Marruecos
y sus negocios volantes.
Les vas vaciando el bolsillo
a todos los visitantes,
estos moros saben más
que todos los estudiantes,
se instalan en el paseo
y pescan al ignorante;
lo venden todo a «tresientas»
y lo cobran al instante,
dicen que ganan poco
que la vida está tirante,
pero no se van del Puerto
aunque mueran de emigrantes.
Puerto de Mazarrón,
tienes clase de tunante;
aunque España esté arruinada,
tú seguirás adelante.