Alienta Señor mi vida
y alumbra mi caminar,
señálame tu el camino
y ahuyenta mi oscuridad.
Yo te necesito tanto
como un niño a su mamá,
no me dejes de la mano
porque puedo tropezar,
y en vez de seguir tus pasos
seguir la senda del mal.
Abre mis ojos Señor
quiero ver el bien y el mal,
y no tener tanto miedo
de poderme equivocar.