Observa y verás

No te salvará nada de lo mucho que te sobra, sino lo poco que te falta.
No tendrás ese poco que te falta si antes no das lo mucho que te sobra.
Observa la tierra de la que eres parte y verás como vive eternamente hermosa con lo poco que necesita y dando siempre lo mucho que le sobra.
Observa y verás cuantas cosas pueden hacer tus manos y que no hacen. Observa y verás cuanto amor podrías dar y que no das.
Observa y verás lo poco que das de lo mucho que te sobra, por lo que no te extrañes si no tienes lo poco que te falta. Observa, piensa y verás.

El sabio es el que busca la fuente.
El necio es aquel que la espera.
El sabio da, el necio pide.
Observa a la tierra y verás.

¡No me cortes!

¡No me cortes, visitante!
no me alejes del rosal,
que mis pétalos se mueren
con mayor celeridad.

Aunque me pongas con agua
entre la plata y el cristal,
yo seguiré estando triste
llorando por mi rosal.

El capricho de los hombres
le hace a la rosa llorar,
hace sufrir a su rama
y hasta el tronco del rosal.

San Isidro Labrador

San Isidro labrador
tú que estás en las alturas,
pide al Padre por Caneja
y por todas sus criaturas.

Pide que nos de salud
en esta vida tan dura,
pide que nos dé alegría
para amarnos con locura.

Que de vez en cuando llueva
y que veamos su hermosura,
en los frutos de sus campos,
fuente de un mar de ternura.

San Isidro labrador
patrón de la agricultura,
hoy queremos celebrarlo
con la bendición del cura.

Cariño mío

Cariño, cariño mío,
cariñito de mujer,
yo no sé que regalarte
que nunca te regalé.
Lo primero fue mi vida,
lo segundo fue mi ser
y lo tercero será la gloria
cuando la pueda coger,
para que siempre recuerdes
el amor de tu Manuel.

Sana dignidad

Todo aquel que no posea
una sana dignidad,
que no se acerque a la sangre
ni al sudor de los demás,
ni a los frutos que procuran
para bien o para mal.
Si lo hace será reo
en mayor intensidad,

Dios nos dio inteligencia
y nos dio la libertad,
y también nos dio conciencia
para apartarnos del mal.
Este don está latente
en el ser en general,
y en las manos de la gente
está la guerra y la paz.

Es la guerra quien mantiene
al cruel Satanás,
es la paz la que florece
en la sana dignidad,
de los seres que se gozan
con el bien de los demás.