Yo conocí el sacrificio
yo he vivido con sudor,
yo conocí la alegría
yo he conocido el amor.
Viendo crecer mis cosechas
y dando gracias a Dios,
porque nos riega los campos
con su aire y con su sol,
nos alumbra y nos calienta
y nos da su corazón,
sin ninguna diferencia
reparte gratis su amor,
y nos señala su ley
en todo cuanto creó.
Aquel que esto no entienda
que mire a su alrededor,
no habrá sabio en este mundo
sin que sea observador.