Madre naturaleza

La madre naturaleza
nunca se cansa de hablar,
de decirnos con sus hechos
dónde está el bien y el mal.

En las manos lo tenemos
en los pies de igual a igual,
si observamos atentos
su eterna profundidad,
de su sol y su viento
de su tierra y de su mar,
de las cosas más pequeñas
que son la piedra angular,
lo que desprecia este mundo
falto de profundidad,
la madre naturaleza
la que nadie oye hablar.
Por mucho mal que le hagan,
nadie la puede ensuciar.

Siempre vivirá hermosa
sin principio ni final,
y los que no la conozcan
de ella no podrán gozar.

Si nos faltara el sol

Como una noche sin luna
igual que un día sin sol
es aquello que se tapa
es de este mundo el dolor.

Es de este mundo la muerte
en el campo del amor.
Toda carne que se tapa
se aleja de su hacedor.

Si nuestro sol se tapara
no nacería una flor
no existiria ni el aire
ni placeres ni dolor. 
Todo estaría muerto
si nos faltara el sol.

El libro más grande

Yo tengo el libro más grande
que no cabe en las carteras,
que sus puntos son montañas
y sus comas son praderas,
el conjunto de sus mares
forman palabras enteras.

El sol es mi profesor
y él me enseña todo lo que quiera.
Él me señala el camino
que jamás tendrá fronteras,
el que nunca tendrá asfalto
ni nombre de carretera,
el camino que no quieren
los faltos de entedederas.

El árbol y el leñador

Cuando la cabra está herida
vuelan cuervos sobre ella,
porque son tan solidarios
como el hombre en la tierra.

Haciendo de intermediarios
como el rayo en la tormenta,
cuando el árbol ha caído
hace el leñador su leña.

Como abogado del diablo
cuando dos tontos se enfrentan
si el diablo vive del fuego
¿Como va a apagar la leña?.

Materia perfecta

He aprendido en la vida
que la materia es perfecta,
que su ley es divina
y nadie podrá vencerla.

Que está siempre a la vista
para aquel que quiera verla,
encerrando en su interior
dulzura, amor y guerra.

El hombre observador
aprende cosas de ella,
todo el que la trate bien
tendrá el bien por respuesta.

La roca

Soy como roca arrancada
de las minas del amor,
nadie frotó mi corteza
para mirar mi interior,
si estoy hecho de barro
o de un material mejor.

He rodado por la vida
sin exhibir mi interior,
me alegro porque conservo
la envoltura que tocaron,
las manos que me arrancaron
de las canteras de Dios.

Quiero seguir escondido
en mi corteza exterior,
yo no quiero ser pulido
porque brille mi interior.

Yo sé que el amor,
siempre estuvo reñido
con la codicia del brillo
que se convierte en valor,
el valor en precipicio
y el precipicio en horror.