Regalo del cielo

Tres cosas tienen la tierra
que no se utilizan bien:
el aire que respiramos,
el agua para beber
y el calor que tenemos
que es placer amor y fe.

Fuentes de vida eterna
precisas para nacer,
precisas para vivir
para andar y correr.

Todo es regalo del cielo
del espíritu del bien,
que nos dió la libertad
para amar y querer,
al mundo en general
dando los frutos del bien.

Sol de la mañana

Sol naciente en la mañana
que entras por mi ventanal,
y me calientas la cama
con cariño maternal,
como si yo fuera un niño
en brazos de mi mamá.

Al verte se abren las rosas
que yo cuido en mi rosal,
y vuelan los pajaritos
y te cantan sin cesar,
cuando te escondes de nuevo
ellos paran de cantar,
y se acurrucan callados
en las ramas del rosal.

Profundidad

En este mundo señores
el que llegó a madurar,
¿Quien no rompió el mandato
que dice no matarás?
¿0 acaso esta palabra
excluye al mundo animal?.

¿Excluye al mundo de insectos
y a todo ser de volar?
¿Quien no ha matado una mosca
o una hormiga al andar?
pues aunque sean pequeñitos
eso, también es matar.

Dime aire

Dime aire, ¿tú quién eres,
que nunca jamás te ví?.
Eres fuerte y poderoso
entras y sales de mí.
El día que no lo hagas
yo dejaré de vivir.
Si la vida tú la mueves
¿quién es quien te mueve a tí?.

Eres mar

Eres, mar, nuestro sustento
y reserva natural,
eres inmenso y profundo,
tienes luz y oscuridad.

En tu seno hay estrellas
y arrecifes de coral,
peces de todos colores
que se mueven sin cesar,
en busca de su alimento
y huyendo siempre del mal,
porque están en el peligro
que se los puedan tragar.

Es que la ley es así
en la tierra y en el mar,
el grande se come al chico,
y sigue la vida igual.

Ocultas bajo el mar

Voy en busca de unas piedras
que se ocultan en el mar,
se desprenden por las olas
de arrecifes de coral.

Son bonitas y graciosas
y en el centro una espiral;
las llaman piedras «Jaquecas»
porque destruyen el mal.

Arrancándolo de cuajo
y arrojándolo a su mar,
para que allí se depure
y se convierta en coral.