por ad-mrob | Abr 8, 2020 | El tiempo
Hoja tierna y vigorosa
que te ví lozana ayer,
jugueteando con el aire
con tu orgullo vaivén.
Ahora te veo entristecida
y amarillenta tu piel.
Dime una cosa hoja hermosa
¿qué le pasa a su merced?.
Es el tiempo amigo mío,
el rival de todo ser,
es el freno del orgullo
de ese cierzo tan cruel,
que te arrastra por el suelo
por el fango y por doquier,
aunque hayas sido el orgullo
del más hermoso vergel.
por ad-mrob | Abr 7, 2020 | El tiempo
Qué triste es esta vida
si te paras a pensar,
que esta vida se pasa
y no volverá jamás.
Que los seres que aquí amamos
los tendremos que dejar,
y nuestra carne y nuestros huesos
en polvo se convertirán.
Solo seremos materia
como antes de empezar.
Somos ciclo en esta vida
unos vienen y otros van,
somo semillas de Dios
que mueren para empezar.
Somos un poco de tierra
somos un poco de mar,
somos una cadena de Dios
que no para de girar.
por ad-mrob | Abr 6, 2020 | El tiempo
Cada vez que observo el campo
cuando voy de romería,
el corazón se me encoge
de ver la tierra baldía.
Pena me da de la tierra
porque su pena es la mía,
de ver que el hombre se aleja
del deber de cada día.
Pero le agrada comer
de los frutos que ella cría,
de esos frutos deliciosos
que producen alegrías.
El hombre se va alejando
de la madre que lo cría
Pero algún día volverá
con la esperanza perdida.
De ver la tierra enojada,
de ver la tierra baldía,
de ver que ya no produce
el maná de aquellos días.
por ad-mrob | Abr 6, 2020 | El tiempo
Yo recuerdo mi niñez
y a aquellos que se afanaban,
cómo se han ido muriendo
en esta vida callada.
En esta vida de ensueño
en esta vida agitada,
tan solo queda el recuerdo
o alguna huella marcada.
Al transcurrir de los tiempos
todas quedarán borradas.
Lo mismo que la tormenta
que en el cielo se agitara,
como se pierde su rostro
del que atento la miraba.
por ad-mrob | Dic 14, 2019 | El tiempo
Cuando yo vivía en Caneja
la gente alegre cantaba,
llovía en primavera
y en invierno había nevadas.
En el verano tormentas
para que el hombre rezara,
al ser que todo lo puede
en los trigos y cebadas.
Eran tiempos de migas,
cocidos, ollas y ensaladas,
de lo que daba la tierra
la gente se alimentaba.
Yo recuerdo aquella vida
y como eran las zagalas,
doradas en el verano
como el trigo y la cebada.
No eran tiempos de dinero
ni ambición desesperada,
eran tiempos de alegría
porque la gente cantaba.
Mientras el agua corría
por anchas acequias separadas,
como dos potentes brazos
que a la huerta refrescaban.
Era la fuente una joya
que a Caneja coronaba,
el mejor lugar de encuentro
que tenían las zagalas.
Con su botijo en la mano
y sus caras empolvadas,
como el agua cristalina
eran puras las zagalas.
Al decirles un piropo
se ponían coloradas,
lo mismo que la amapola,
entre el trigo y la cebada.
Y los zagales de entonces
con verlas se conformaban,
con tan solo una sonrisa,
o una dulce mirada.
Ya cantaban de alegría,
ya por las noches soñaban,
y lo mismo que jilgueros
al día siguiente cantaban.
Alegrías del ayer
y proyectos del mañana.
por ad-mrob | Dic 14, 2019 | El tiempo
Yo no sé si estoy viviendo
la mentira o la verdad,
pero sé que estoy sufriendo
y veo mi vida pasar.
Igual que el agua de un rio
que corre para llegar,
por un lecho pedregoso
y su destino es el mar.