Gran amasijo de ideas
que el hombre desencadena
todos creen tener razón
cada uno a su manera.
Si la verdad solo es una
y una sola es la manera,
de poder vivir en paz
¿Para qué tanta quimera?.
¿Para qué tanto amasijo
de mentiras en cadena,
si nadie podrá vencer
a la verdad más sincera?.
Por mas mentiras que haya
y amasijo de cadenas,
cada uno quedará
por aquello mismo que era.
Cuando me acuesto de noche
y abro el libro del pensar,
veo de lo que es capaz el hombre
por no querer trabajar.
Por no aceptar el mandato
de su Padre Celestial,
siempre dice la mentira
nunca dice la verdad,
mientras que tenga en su mente
la codicia material.
Nuestra tierra se empobrece
cada vez un poco más,
porque no merece el hombre
el comer sin trabajar.
El hombre en este mundo
es parecido a un ratón,
que por un trozo de queso
se busca su perdición,
para siempre queda preso
igual que el trozo de queso
que aquel ratoncillo olió.
Por no utilizar el seso
el hombre como el ratón,
en la trampa queda preso
de aquel que le puso el queso
para cazarlo mejor.
Nunca se ha visto una trampa
ni anzuelo de pescador,
sin el cebo pertinente
sin esconder su traición.
El hombre y el desatino
se guían por el olor,
y no ven que en su interior
está el engaño escondido.
Todo ser de este planeta
nace inocente y confiado,
en los pilares paternos
y en las columnas de estado.
Los hombres que las componen
creo que nunca se han fijado,
en el daño irreparable
que hace el engaño al confiado.
Si pierdes la fe en tu padre
en tu madre y el estado,
¿Qué más se puede perder
en este mundo malvado?.
Trampas que llevan por cebo
sexo, dinero y poder,
y el divino amor fingido
abanderando a los tres.
Mentiras bien camufladas
que pocos las pueden ver,
solo el tiempo las destapa
siendo su autentico juez.
Es el mismo que despoja
la cáscara de la nuez.
Son dos casos parecidos
solamente que al revés.
Unos esconden el mal
otros esconden el bien.
Todo aquello que se tape
se destapará después.
Quien no recibió las cosas
de manos de su Hacedor,
e hizo cierta fortuna
y no fue con su sudor,
yo me atrevería a decir
que me huele a estafador.
La hipocresía del hombre
nunca le ha dejado ver
que el engaño y la mentira
jamás pudieron vencer,
el que es amante al engaño
ha de ser su mismo juez,
con la luz de la verdad
todo lo oculto se ve.