Al puerto de Mazarrón

Puerto de Mazarrón
que acoges al veraneante,
le obsequias con tus peces
y tus playas refrescantes.

Como peces quedan pocos
te has metido a comerciante,
con tus moros de Marruecos
y sus negocios volantes.
Les vas vaciando el bolsillo
a todos los visitantes,
estos moros saben más
que todos los estudiantes,
se instalan en el paseo
y pescan al ignorante;
lo venden todo a «tresientas»
y lo cobran al instante,
dicen que ganan poco
que la vida está tirante,
pero no se van del Puerto
aunque mueran de emigrantes.

Puerto de Mazarrón,
tienes clase de tunante;
aunque España esté arruinada,
tú seguirás adelante.

A Murcia

Murcia, trocito de España,
que un día me viste nacer,
y los frutos de tu tierra
son los que me hacen crecer.

Pido que nadie la manche
porque es un lindo vergel,
es un regalo del Cielo
que Dios nos puso en los piés.

Canto a mi tierra Caneja

Voy a cantar a mi tierra
y al lugar donde nací,
es un trozo del planeta
muy querido para mí,
alguien le puso Caneja
plantando en él un jardín,
que cuidaban con esmero
con amor puro y sincero
del perfume de un jazmín.

¡’Ay, Caneja!. Yo te quiero
aunque esté lejos de ti;
yo también fui sembrador
de las espigas doradas
que nacían en tu jardín,
y todos tus sembradores
son hermanos para mi.

Por eso en verso os digo
que hagáis bien la labor,
y que sembréis con esmero
las semillas del amor,
así seréis los primeros
en los campos del Señor.