Hombres sin conciencia

Como pajarillo alegre
es mi libro del pensar,
va riendo y va cantando
como el viento en el pinar.

Y otras veces va llorando
cuando pienso en el mal
de este mundo de miseria,
de este mundo de maldad.

Hombres sin conciencia
que solo siembran el mal,
que solo siembran tristeza
en la tierra y en el mar,
hiriendo a los pajarillos
y a mi libro del pensar.

Tristes campos

Qué tristes están los campos
cuando la gente se va,
por esos malos mandantes
que no saben gobernar.

Roban todo lo que pueden
para enriquecerse más,
con los impuestos que ahogan
a toda la humanidad.

Nada en el campo es rentable
porque tragan más y más,
esos malvados mandantes
que viven como -marajás-.

Qué tristes están los campos
desde que ellos ya no están,
como suben los impuestos
los culpables de todo mal.

Maldito seas dinero

Maldito seas dinero
que el hombre muere por ti,
eres el alma del diablo
haces al mundo infeliz.

Por eso existen las guerras
y todos sufrimos por ti,
por el valor que te dieron
y nuestra ambición sin fin.

Todos nacemos sin nada
sin nada habrá que morir,
¿de que nos sirve el dinero
si él siempre se queda aquí?.

Nadie se lleva nada
a la hora de partir.

Impuestos que ahogan

No hay terrorismo mayor
que quien provoca pobreza,
con los impuestos que ahogan
al que genera riqueza,
gente de poca cultura
pero de mucha nobleza.

Con el sudor de sus frentes
inclinando sus cabezas,
dando gracias a su Dios
y a su gran naturaleza,
para que el genio maligno
no le robe sus riquezas.

Al liceo

Liceo de Barcelona
tu conoces el complot,
sabes bien quien te ha quemado
por embolsarse un «pastón».

Construyéndote de nuevo
se forrarán un montón,
con las pieles ya maltrechas
de todo trabajador.

Porque siempre paga el mismo
los platos que otro rompió,
todo el que tiene dos pieles
es porque a otro desolló.

Sin tener piedad ninguna
sin motivo ni razón,
tan sólo por ser más débil
el cordero que el pastor.

Aprendiz de gobernante

Gobernante del momento
tienes mucho que aprender,
los frutos de hoy día
son las flores del ayer,
si hoy la flor no se cuida
todo se puede perder.

Piensa un poco gobernante
si es que piensas en el bien,
no arrastres al inocente
por un camino cruel,
de miseria y de castigo
porque tu hayas sido infiel,
comiendo frutos de hoy
sin cuidar las flores de ayer.