Cuando quieras un consejo,
si es que no quieres errar,
pregunta a este hombre viejo
que no te va a defraudar.
Es un hombre sin orgullo
que odia la necedad,
es la verdad su bandera
el entender es su paz.
Él busca constantemente
es su modo de hallar,
todo cuanto encuentre
gratis le encanta de dar.
Pregunta a este hombre viejo
porque en él no hay vanidad.
Ël no pide nada a cambio
su gozar es ver gozar.
Lo primero es siempre antes
por orden de prioridad,
hacer o contrario de esto
es la sombra del mal
que después vendrá crecido
y será vuestro final.
No podréis evitarlo
porque lo hecho, hecho está.
Con la vida no se juega,
tampoco con la verdad,
jugar nos cuesta la vida
a toda la humanidad,
somos nosotros mismos
la causa de todo mal.
Todo cuanto se limita
termina siempre cansado,
tiene principio y fin,
es fracaso asegurado.
El que quiere ser feliz
que se haga ilimitado,
en el campo del amor
siempre será venerado.
Siempre será recibido
como la lluvia en el prado,
como agua en el desierto
nunca será rechazado.
El que quiera ser feliz
que se haga ilimitado,
en el campo del amor
será eterno y sagrado.
Debeis de tener paciencia
debeis de tener bondad,
porque en cuanto no tengáis,
tampoco podréis dar.
Esa es la gran cadena
que nunca tiene final,
es la vida sin principio,
es la vida sin final.
Lo que este mundo no entiende,
porque se niega a dar,
crecido cuanto recibe
como la tierra nos da,
como el sol del firmamento,
igual que el aire y el mar.
Quien este verso no entienda
fácil es de comprobar,
la tierra que les sostiene
demostrará que es verdad,
que ella devuelve crecido
siempre cuanto le dan.
Por eso ella no muere
y siempre hermosa estará.
Cuando busquéis hijos míos
si es que buscáis la verdad,
buscarla en la inocencia
porque es allí donde está.
Si buscáis sabiduría
buscarla en la humildad,
donde siempre está escondida
sin exhibirse jamás.
Apartaos hijos míos
de toda la vanidad,
de su pariente el orgullo
si queréis vivir en paz.
Si queréis vivir contentos
mirar también para atrás,
porque es la única forma
de tener conformidad.
Todos somos herederos
igual del bien que del mal,
lo que nosotros sembremos
es lo que habrá que segar.
Quisiera ser un soldado
del ejercito de Dios,
quiero ser especialista
en las armas del amor,
aunque sea por escrito
en poemas o canción,
quiero volar como un rayo
desactivando el dolor.
Yo jamás seré amigo
de quien disguste a mi Dios,
de quien maltrate las cosas
que con tanto amor creó.
Por eso en verso yo escribo
para que suene mejor,
y en las malas tentaciones
cante el hombre esta canción.