Advertencia

Debeis de tener paciencia
debeis de tener bondad,
porque en cuanto no tengáis,
tampoco podréis dar.
Esa es la gran cadena
que nunca tiene final,
es la vida sin principio,
es la vida sin final.

Lo que este mundo no entiende,
porque se niega a dar,
crecido cuanto recibe
como la tierra nos da,
como el sol del firmamento,
igual que el aire y el mar.

Quien este verso no entienda
fácil es de comprobar,
la tierra que les sostiene
demostrará que es verdad,
que ella devuelve crecido
siempre cuanto le dan.
Por eso ella no muere
y siempre hermosa estará.

El saber del jumento

¿Es pensable que un sediento
esté esperando el momento
que venga la fuente a el?.

Pues, ni siquiera un jumento
tiene tales pensamientos
y busca la fuente él,
sin pasar por el convento
y sin consejos de juez.
Tan solo por el olfato
calma el jumento su sed.

Aunque parezca mentira
tiene talento el jumento
porque Dios lo puso en el.
El hombre lo discrimina
porque no sabe leer,
por dar alguna patada
cuando él, ha dado tres.

El pisado consentido

¿De qué le sirve al pisado
la disculpa y el perdón,
si al dedo que le han chafado
no le quitan el dolor?.

Pues lo hecho, hecho está
ya no tiene solución,
pero, lo que sí la tiene
es seguir con el perdón,
pisando a todo el mundo
el tablero y el listón.

Y todos tan satisfechos
por aceptar el perdón,
andamos ya tan mal trechos
como barco sin timón,
y el agua llegando al techo.

El camino

Caminante soy camino
en la tierra y en el mar,
en el aire de los cielos
y en tu forma de actuar.

Yo no quiero en mi camino
prisas ni velocidad,
yo no quiero ser culpable
si no me sabes pisar,
y gozar de los paisajes
sin herirte al caminar.
«Todo el que ande deprisa
seguro tropezará.»

El molino

Mundo sabio e inteligente
tienes la fuerza mayor,
vas triturando la vida
en tu molino de amor.

Van transformando tus piedras
las semillas por la flor,
y la flor por las semillas
de tu molino de amor.

Yo no creo que en tu molino
exista marginación,
por las pinchas que tuvieron
las semillas de tu amor,
cuando estén entre tus piedras
ya sin espinas ni flor.

Todas cuando germinan
la ternura es su pasión,
la vida las endurece
echando espinas y flor,
por proteger sus semillas
de su enemigo mayor,
para llegar al molino
de las piedras del amor.
Donde no existe el peligro
no hace falta protección.

Asfalto, hierro y cemento

La ceguedad de los hombres
les va guiando al tormento,
construyéndose sus trampas
de asfalto, hierro y cemento.

Trampas de ingeniería
de los hombres del momento,
con menos sabiduría
que el arado y el jumento.

Nunca miran para atrás
es la forma de no verlo,
las ratoneras construidas
de asfalto, hierro y cemento,
donde el hombre está atrapado
por lo menos de momento,
hasta que miren hacia atrás
el arado y el jumento.

Y vean la gente que muere
por culpa de sus inventos,
que se convierten en trampas
de asfalto, hierro y cemento.