Quien no defiende el derecho
y el deber que Dios le ha dado,
nunca tendrá libertad
y siempre estará esclavizado.
Todo ser tiene derecho
a disfrutar del legado,
si defiende y si respeta
la ley que Dios ha dejado.
La ley está grabada
en todo cuanto ha creado,
defendiendo así el derecho
y el deber que Dios le ha dado.
¿Que espera el sembrador
que no defiende el sembrado
del cardo y la cizaña
y deja que sea pisado?.
¿Que venga un ángel del Cielo
a cuidar de sus sembrados?.
Pues eso, no lo verá
por vago y desgraciado,
y por no haber defendido
el deber encomendado;
no podrá tener cosecha
ni disfrutar del legado.