Hoja tierna y vigorosa
que te ví lozana ayer,
jugueteando con el aire
con tu orgullo vaivén.
Ahora te veo entristecida
y amarillenta tu piel.
Dime una cosa hoja hermosa
¿qué le pasa a su merced?.
Es el tiempo amigo mío,
el rival de todo ser,
es el freno del orgullo
de ese cierzo tan cruel,
que te arrastra por el suelo
por el fango y por doquier,
aunque hayas sido el orgullo
del más hermoso vergel.