Pena me dá de este mundo
cuando me pongo a pensar,
en tanta tecnología
y en su tejido industrial.
Todo lo que ande deprisa
perderá estabilidad,
puede caerse de pronto
y ¡adios! felicidad.
La madre de las desgracias
le llamo velocidad,
y a la madre de la vida
le llamo estabilidad.
Por mucho que corra el hombre
pues, su ambición corre más.
Cuando al fin esté cansado
siempre habrá un mas allá.
Siempre tendrá mas envidia
que al principio de empezar,
cuando el hombre más se canse
más desgraciado será.
Bueno es andar por la vida,
despacio y con mucho tino,
y disfrutar del camino
que aquí tendrás que dejar,
y que disponga el destino
a los que vengan detrás,
a ver si tienen más suerte
del disfrutar del andar.