Desde que era pequeñito
yo soñaba con amar,
y de ser el que cuidara
las rosas de mi rosal.
Cuando pasaron los años
y un día pude encontrar,
aquella flor perfumada
que de pequeño soñaba
que cuidaba en mi rosal.
La traté con tanto esmero
con arte de jardinero
de una rosa de cristal,
al año de cultivarla
con cariño sin igual,
la rosa que tanto amaba
se convirtió en un rosal,
y cada día que pasaba
la quería mucho más.
Así pasaron más años
con tanta felicidad,
que dos rosas y dos claveles
adornaban a mi rosa
en mi rosal.