Buscando en la playa piedras
me he encontrado una canción,
yo quiero vivir cantando
las delicias del amor.

No quiero vivir llorando,
quiero ser un ruiseñor,
yo quiero vivir amando
y alegrar mi corazón.

Quiero que sepa la gente
qué bonita es mi canción.
Voy a escribir en mi frente
las grandezas del amor.

Las piedras que yo buscaba
no tienen comparación
con la canción encontrada:
sin haber sido buscada,
siendo de tan gran valor.

¡Qué rechula y qué bonita,
qué rechula es mi canción!.
Yo quiero vivir cantando,
quiero ser un ruiseñor,
y volar de rama en rama,
y estar cerca de mi amor.

Porque mi amor lo presiente:
si no escucha mi canción,
se le para de repente
su bonito corazón.

Soy el pájaro que canta,
porque están en mi garganta
los latidos del amor;
castigada sea la mano
que hace daño a un ruiseñor.