La mejor lección del mundo
es el dolor de la carne.
Frena las ambiciones,
orgullos y vanidades.
Es una ley divina
que sana muestras maldades.
La mejor lección del mundo
es el dolor de la carne.
Frena las ambiciones,
orgullos y vanidades.
Es una ley divina
que sana muestras maldades.