Soy como roca arrancada
de las minas del amor,
nadie frotó mi corteza
para mirar mi interior,
si estoy hecho de barro
o de un material mejor.
He rodado por la vida
sin exhibir mi interior,
me alegro porque conservo
la envoltura que tocaron,
las manos que me arrancaron
de las canteras de Dios.
Quiero seguir escondido
en mi corteza exterior,
yo no quiero ser pulido
porque brille mi interior.
Yo sé que el amor,
siempre estuvo reñido
con la codicia del brillo
que se convierte en valor,
el valor en precipicio
y el precipicio en horror.