Pongan atención señores
de lo que voy a contar,
el caso de una criatura
que cayo en la red real.
Aunque yo lo estoy contanto
el caso es para llorar,
por no aceptar la criatura
lo que no pudo aceptar.
La orden de la realeza,
el martirio y su frialdad,
y de desamor de un marido
que no lo pudo aguantar.
La esposa como era joven
y hermosa como un rosal,
no quiso que se escapara
la alegría del amar.
Anduvo por varios países
y comprobó la verdad,
que en el mundo de los vivos
solo existe la maldad.
Prepararon su destino,
secaron su rosal
y le cargaron las culpas
a la gran velocidad,
y al exceso de bebida
del que fue un profesional
para no verse manchada
la estrategia y la maldad.
Un reinado se paraba por
no quererse implicar
porque vio que peligraba
la astuta comodidad.
El caso está ya cerrado
la corona en su lugar,
y en la mente de la gente
está la duda real.
Unos dicen accidente
otros que velocidad,
y otros que fue un paparazzi
con objetivo real.
El caso que al jardinero
que han cortado su rosal
y la inocente rosa que portaba
no la han dejado llorar.