Amigo tú me has pisado
y me has pedido perdón.
Yo galante he contestado,
¡cuida amigo tu pisón!
que es mejor un enmendado
que unos miles de perdón.
Cuando andes por la vida
pon un poco de atención,
que una vez que hayas pisado
ya no tiene solución.
El dedo que hayas chafado
te producirá mucho dolor,
vale más un enmendado
que miles de perdón.