Te aprecio

Te aprecio porque te aprecio,
porque eres parte de mí.
Parte de toda parte,
nada es el mundo sin tí.

Aunque esto no lo entiendas
yo lo entiendo por tí.
Ahora y después de ahora
y hasta después de morir.
Cuando no haya diferencias
será el eterno vivir.

Prohibición

La injusticia de este mundo
con su afán de prohibir,
de llevarle la contraria
al que le deja vivir.

Al sol, la tierra y el viento,
al hermoso firmamento,
que es el camino a seguir.
Todo es libre como el viento,
lo que todo lleva dentro
y privarlo es morir.

Prohibe amigo, prohibe
en todo tu alrededor.
Haz todo lo contrario
de lo que hace tu dios,
de lo que hace el viento,
de lo que hace el sol.

Y cuando estes perdido
entonces pie perdón
que tendrás tu merecido
porque justo es tu dios,
justo el aire que respiras
y justo es tu sol,
el que nunca se equivoca
y a todo le da su dón.

Mujer

Si yo te doy mi agua
y tú no me das tu sed
no podrás beber mi agua
y tú morirás de sed.

Y yo moriré con mi agua
porque no me das tu sed,
porque rompes neciamente
la alianza de Yahvé,
porque rompes la cadena
la dulzura de entender
que la parte sin su todo
no podrá prevalecer.

Como el todo sin su parte
hasta que vuelva a él
no estará completo nunca
y tendrá que padecer.

El libro más grande

Yo tengo el libro más grande
que no cabe en las carteras,
que sus puntos son montañas
y sus comas son praderas,
el conjunto de sus mares
forman palabras enteras.

El sol es mi profesor
y él me enseña todo lo que quiera.
Él me señala el camino
que jamás tendrá fronteras,
el que nunca tendrá asfalto
ni nombre de carretera,
el camino que no quieren
los faltos de entedederas.

¡Pobre perro abandonado!

¡Pobre perro abandonado!
que en las calles te han dejado,
sólo por falta de amor
de un caprichoso saciado.

Llorando por el camino
llevas triste el corazón,
porque te encuentras perdido
como barco sin timón.
Con rumbo desconocido
en los caminos de Dios.

¡Dios te lleve, hermano perro!
por un camino mejor,
sea cual sea tu destino,
si en él está el amor,
jamás estarás perdido.

Y quizás estés mejor
que con aquel que has querido,
siéndole fiel servidor
en todo cuanto has podido.
¡No llores, hermano perro!
por quien no te ha merecido.

Viva la vida

Esta mañana temprano
me he encontrado esta canción:
Viva y que viva la vida
viva y que viva el amor,
y que se pierda la envidia
y que se pierda el dolor.

Yo quiero ser soldadito
y defender el amor,
ya tengo mi espada lista
mi pistola y mi cañón.

Tengo mis cazas volando
tengo en tierra un reactor,
mis bombarderos cargados
con esta linda canción:
Viva y que viva la vida
viva y que viva el amor,
en las líneas de combate
de la envidia y del dolor.

Todos tendrán que rendirse
en presencia del amor,
mis bombarderos volando
rugirán esta canción:
Viva y que viva la vida
viva y que viva el amor,
quien no deponga las armas
yo le lanzo mi canción.

Destruyo su artillería
con las bombas del amor,
de doscientos megatones
de notas de ésta canción:
Viva y que viva la vida
viva y que viva el amor,
yo quiero ser soldadito
del ejercito de Dios.

Canto a la vida

Voy a cantar a la vida
voy a cantar al amor,
que hizo que yo naciera
igual que nace una flor,
en un mundo de alegrías
borradas por el dolor.

¿Por qué la flor se marchita?.
¿Por qué se esconde el amor?.
¿Por qué germina de nuevo
para morir de dolor?.

Tu que estás en las alturas
y eres el Sumo Señor,
¿Por qué no pones remedio
para que no se marchite la flor?.

El árbol y el leñador

Cuando la cabra está herida
vuelan cuervos sobre ella,
porque son tan solidarios
como el hombre en la tierra.

Haciendo de intermediarios
como el rayo en la tormenta,
cuando el árbol ha caído
hace el leñador su leña.

Como abogado del diablo
cuando dos tontos se enfrentan
si el diablo vive del fuego
¿Como va a apagar la leña?.

Amor sin fin

El amor que yo te tengo
es algo descomunal,
a veces me falta el viento
cuando siento que te vás.

Es para mi un tormento
no poderte acariciar,
porque me falta el sustento
del calor que tu me das.

No te vayas, vida mia
quédate un poquito más,
quédate que yo te quiero
como nadie te querrá.

Necesidad de amar

Al sol que vieron mis padres,
al sol que me vio crecer,
que me calienta y me alumbra
para amar y querer.

Y a otro sol más pequeñito
que es el sol de mi mujer,
que alumbra mis pensamientos
y me da calor también.

Yo la necesito tanto
como el pan para comer,
como el agua cristalina
cuando tengo mucha sed.