Perdona, alma, a mi cuerpo
que te hace tanto sufrir;
yo soy carne, yo soy huesos,
dime ¿qué puedo ofrecerte a tí?.

Yo sé que tú me quieres,
y que estás muy dentro de mí,
no quiero que en mí estés presa,
yo también te quiero a ti.

Quiero que en mí estés contenta
aunque sea mucho pedir,
yo no quiero que tú sufras
aunque tenga que morir.