Hombres de la tiranía
hombres de rivalidad,
estáis perdiendo la vida
y el gran placer del gozar.

No conocéis la gloria
del potencial del amar,
el que quiera ser feliz
ha de estar con Dios en paz.

Para que se cumpla eso
hay que amar a los demás,
arrancando las espinas
que nos hieren más y más.

Es la envidia que tenemos
del interés material,
lo que impide que gocemos
del amor que Dios nos da.