La ruina llama a las puertas
con los juegos del azar,
es una de las cadenas
que arruinan la humanidad.
Los que mandan la promueven
para enriquecerse más,
acosta de los inocentes
que no quieren trabajar.
Cuando se quedan sin nada
cogen la senda del mal,
pierden toda la vergüenza
y no dicen la verdad;
son un peligro latente
en toda la sociedad.
La familia es la primera
que intentan perjudicar,
si tienen niños pequeños,
¡vaya ejemplo que les dan!.
Se enrolan en la bebida,
se drogan para olvidar,
y se inician en el robo
en atracos y demás.
Están a un paso del crimen,
del suicidio personal;
este es el fruto del juego,
es la semilla del mal.
El que la haya sembrado,
es un Judas nada más,
con su conciencia manchada,
en la horca se verá.
Porque la cadena gira
y no para de girar.