Si no conoces la luz
ni en tu cuerpo el candelero,
¿cómo puedes ser feliz
sin poder gozar primero?.
Si tu cuerpo está en desorden
y lo mismo tu cerebro,
nada justo habrá en ti
ni tampoco nada nuevo.
Si no conoces la luz
ni en tu cuerpo el candelero,
la injusticia está en tu cuerpo
y en tu muerte está el veneno.
No conoces la ciencia
que está en la tierra y el cielo,
y no conoces la luz
ni conoces el candelero.