Sol naciente en la mañana
que entras por mi ventanal,
y me calientas la cama
con cariño maternal,
como si yo fuera un niño
en brazos de mi mamá.

Al verte se abren las rosas
que yo cuido en mi rosal,
y vuelan los pajaritos
y te cantan sin cesar,
cuando te escondes de nuevo
ellos paran de cantar,
y se acurrucan callados
en las ramas del rosal.