Sol eterno y redondito
que alumbras mi caminar,
¿quién te hizo tan calentíto,
que no te puedo mirar,
y ver lo que tienes dentro
de tu bola de cristal?.
A veces calientas tanto,
que puedes hacerme mal;
no me quemes, solecito,
porque tendría que llorar;
tú caliéntame un poquito
y ahuyenta mi oscuridad.