Tú, materia natural,
aunque eres indestructible
nunca paras de cambiar.
Igual que formas al hombre
formas cualquier animal,
formas todas las montañas,
ríos, llanuras y mar.

Toda la belleza es tuya
y en tu seno quedará;
cuando se convierta en barro
nueva vida formarás,
puede que sea una rosa,
puede ser un animal,
también puede ser un niño
que a ser hombre llegará,
puede que sea para bien,
puede que esa para mal.

De cualquier forma que sea,
también tendrán que cambiar,
para convertirse en barro
y volver a comenzar.
Es la cadena, señores,
que Dios hace funcionar;
nosotros somos el barro
que no para de cambiar.