Yo soñé con un lugar
donde no existían fronteras,
porque nunca hubo reinados
ni prisiones ni banderas.

Todo andaba en libertad,
nadie tropezaba
y hasta las piedras gozaban
viendo todo en su lugar.

Yo ví nacer una fuente
en medio de un pedregal
y convertirse en torrente
porque iba buscando el mar.

Soñé que nacía una rosa
entre espinas de un rosal,
y a pesar de ser hermosa
la ví envidiar al rosal.

Yo ví un hombre que sembraba
sin saber que era sembrar,
y esparcir sus semillas
encima de un pedregal.

Ví nacer unas semillas,
porque querían gozar,
y el sol las fuerzas marchitando
porque les faltaba profundidad.